jueves, 12 de abril de 2012

No hagas de tu perro un TIRANO


La mayoría de las personas saben que los perros necesitan de nuestra atención, cuidados y cariño, pero que les pasa a los dueños cuando preguntamos por los “limites”.


He escuchado frases tipo “no me interesa que mi perro sea un soldadito ni robot que obedezca ordenes”.
Esas mismas personas son las que en determinado momento recurren a nosotros para ver que le puede estar pasando a su bebe que hace pis arriba de cama,  no quiere que los dueños se suban al sillón y cuando llega un niño a la casa no para de gruñirle. Ah, me falto aclarar que el “bebe” tiene 2 años.

Si podemos dejar de lado nuestros egoísmos y comodidades, digo lo de comodidad porque poner límites lleva tiempo y mucha paciencia,  y reconocemos  que los perros tienen una estructura social diferente a la nuestra, vamos por buen camino.

Pensemos en esta ecuación:
Los perros descienden del lobo.
Los lobos vivían en grandes jaurías.
Para que la jauría sobreviva en la naturaleza había un lobo alfa o líder y el resto eran subordinados.

Por más que nos guste o no, el perro actual mantiene esta estructura jerárquica. Claro que ahora la desarrollará tanto con los demás perros con los que se encuentre como con nosotros los humanos.
Y somos nosotros, si queremos lograr una buena convivencia con ellos, brindándoles lo que realmente necesitan, los que tenemos que aprender a manejar la puesta de límites.

De la misma manera que ocurre con los niños excesivamente mimados que no conocen los límites, los perros a los que se les permite hacer de todo, no son más felices por ello. Ambos, niños y perros, necesitan conocer sus propios límites y vivir bajo unas normas perfectamente estructuradas, pues de esta manera se sentirán verdaderamente seguros y desarrollarán la necesaria y correcta “auto-estima”.
En las consultas que recibimos a diario lo que observamos son perros irritables, ansiosos e inseguros.
 
¿Recuerdan la escena tantas veces vista en los documentales que la madre deja a sus cachorros solos en su guarida mientras sale a buscar el alimento? Los cachorros se mantienen tranquilos y si hay más de uno jugaran mientras su madre no está presente.

Entonces qué les pasa a los dueños que no pueden despegarse ni un momento de su perro, y lo justifican diciendo “no le gusta quedarse solito”.

Nuestros compañeros de cuatro patas son animales no solamente gregarios y sociales, sino que necesitan también su espacio de independencia para desarrollar correctamente su carácter y temperamento.

Cuando no les permitimos este “espacio” propio, los perros desarrollan ciertas formas de “tiranía” que se traducen en la inadaptación al ambiente en el que conviven. 

Como todo en la vida no debemos llevarnos por los excesos, ya sean mimos o castigos, y debemos brindar ciertas pautas y ciertos límites al perro desde el primer día. 

En la naturaleza a los animales nada les “viene de arriba o gratis”, animémonos a jugar su juego, ellos nos agradecerán por “ganarse” su comida, nuestra atención, y nuestros mimos, en definitiva a “ganarse” un lugar entre nosotros.