Según la historia, el perro de raza AKITA, que se llamaba Hachiko, esperaba en la estación de Shibuya todos los días a su propietario, un profesor de agricultura de la Universidad de Tokio, que regresaba de su trabajo, y continuó haciéndolo durante 10 años, aún después de la muerte de su dueño.
En la mañana del 8 de marzo de 1935, Hachiko fue encontrado muerto cerca de la estación Shibuya. Su cuerpo fue llevado a la sala de equipajes de la estación, que había sido uno de sus lugares favoritos.
Una foto del funeral de Hachiko fue tomada muy pronto en la sala de equipaje y fue publicada en el Shimbun Yamato al día siguiente. Hoy en día este AMIGO FIEL está enterrado en el cementerio de Aoyama, junto a su amo.